La nueva distribución genera una distribución circular pero vertebrada en dos franjas horizontales, diferenciando la zona de día de la zona privada de descanso. El elemento central es la cocina y su complejo mobiliario que se va equipando para responder a los distintos usos: recibidor, cocina, salón. El salón se separa de la habitación principal gracias a unas grandes puertas correderas que permiten disfrutar de esa zona como un gran espacio único. Además, las correderas esconden un truco: de allí sale la pantalla para proyectar películas. Por último, el balcón se ha equipado de una mesa plegable, fijada al muro, que da versatilidad al espacio y permite de nuevo esa circulación fluida que caracteriza toda la vivienda. 
Andrea quería mezclar una materialidad mediterránea con un toque elegante y sofisticado, traído de sus años de experiencia trabajando en Dublín. Nuestra propuesta alterna elementos elegantes en madera de nogal y lacado azul claro con detalles en latón cepillado con elementos muy mediterráneos como baldosas cartabón en la terraza, ladrillo y enyesado basto barnizado.